sábado, 13 de octubre de 2012

La guerra silenciosa

No se si os habéis dado cuenta, pero Europa lleva unos añitos oliendo a guerra, tal y como una cocina huele cuando algo se cuece en el horno. Este perfume a cocción lleva flotando en el aire desde que el panorama continental empezó a bailar al son de la palabra crisis.
Entre los cocineros de esta pastel está, para variar, Alemania, un habitual en cuanto a armar bollos. Solo que esta vez, los bávaros han mejorado la técnica. Más de sesenta años después de perder la última guerra por la dominación en Europa, a golpe de tanque y bombas, ahora someten a otros países a golpe de billete y tijera de recortes. Los cogen, como si fuesen una gran boa constrictor y los van apretando, poco a poco para exprimirlos. Y todo eso que sacan lo echan en la olla, y van removiendo a fuego lento. Quizás espolvorean además un poco de tensión, una pizquita de mala leche, recortan por aquí y por allá. Pero siempre, en silencio. Disimulando, que no se note que nos están haciendo la cena a toda Europa.
Así es como, queridos lectores, va cociéndose lentamente la guerra. Porque llegará un punto en el que los países sometidos se harten y se levanten. Y a lo mejor alguno de ellos se encargue de recordarle a las legiones bávaras que nadie les amenazó nunca con unas tijeras y que incluso se les perdonaron parte de sus deudas en algún momento de la historia. Por ejemplo

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